En la gran mayoría de universidades y centros de formación para profesionales de la salud (médicos, fisioterapeutas, enfermeros, auxiliares de enfermería y otros), se trata con insuficiente espacio y profundidad el aspecto interior del ser humano.
La interioridad, la espiritualidad, la psique y el mundo interior que acompaña la vida de todo ser humano es parte íntegra del todo que conforma dicha unidad. En las universidades de las diferentes profesiones de salud, donde al final de su graduado van a estar atendiendo a personas, se enseñan años y años de teoría y práctica sobre el mundo físico y visceral y toda su fisiología y fisiopatología. Yo mismo fui testigo de ello durante cuatro años de facultad. Mi pregunta ahora es, ¿Dónde queda el cuerpo emocional, la relación entre pensamientos y emociones, la espiritualidad, finalmente, la interioridad del ser humano?
Desde mi perspectiva es imprescindible tener unos marcos de conocimientos básicos para poder comprender muchos procesos que suceden en nuestra vida, así como en la línea de lo que hablamos en este escrito, de la comprensión o por lo menos acercamiento, del proceso interno que está experimentando el otro al que estoy atendiendo de una forma u otra.
Es de urgencia que el ser humano evolucione la consciencia y con ello utilizar nuestra capacidad amable, compasiva y de comprensión hacia el otro que tenemos enfrente. Pero me sugiere mucho más urgencia en aquellas personas que su labor diaria es estar al lado de aquel que está enfermo y muchas veces, de aquel que sufre.
Desde el ámbito de la ciencia, la medicina y diferentes posiciones en relación al ámbito clínico, por lo general, se mantiene una gran resistencia y desacreditación hacia propuestas, nuevas líneas y terapias complementarias, las cuales están sustentas de una solida y numerosa evidencia científica y unos resultados muy interesantes y beneficiosos (Como por ejemplo la meditación y el Mindfulness). Fuera de toda justificación, es una necesidad y una coherencia abrumadora el estudio de la interioridad del ser humano, en profesiones del ámbito de la salud. No importa los títulos, los años de experiencia, tus capacidades técnicas o tu categoría profesional, si no conoces y comprendes la interioridad del ser humano. Es como estudiar una ingeniería y obviar una de las partes más importantes de aquello que vas a crear, trabajar o construir. ¿Qué sentido tendría?
Probablemente dicha resistencia o escepticismo, viene de múltiples factores, como poca apertura hacia nuevas ideas, abrirse a un nuevo paradigma bio-medico, exceso de razón, identificación únicamente con lo palpable y con el mundo de la forma, así como otros. Lo que si se, es que es un atraso en aquellas sociedades donde esto ocurre y donde se podría atender, acompañar, cuidar y tratar a la persona con un mayor número de herramientas y capacidades. Aquí no se está hablando de mejor o peor línea de tratamiento o de si un tratamiento si y el otro no, se está hablando de incorporación, de suma, de unión de técnicas, conocimientos y actividades, que aumenten nuestras capacidades en el ámbito clínico.
Esto finalmente tendrá un impacto bidireccional, tocando el corazón del que lleva el uniforme, así como el corazón y lo más importante, la salud del que recibe los cuidados.
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