Inicio mis primeros pasos en este espacio, con un texto que expresa la clara valentía y firmeza que podemos adoptar, para mirar al miedo desde otro punto de vista. Abriendo paso a nuestra consciencia.
No se trata de no sentir miedo, este es innato en nuestra experiencia humana e imposible de aniquilar. De echo, el primer error es no querer sentirlo. Se hace más grande, vive más tiempo y duele más. Si podemos, en cambio, observarlo y empezar a mirarlo con más distancia. Sintiéndolo. Pero dejando que nuestra libertad no dependa de él.
“Me niego a someterme al miedo que me despoja de la alegría de mi libertad, que no me deja correr ningún riesgo, que me torna pequeño y mezquino, que me ata, que no me deja ser directo y franco, que me atormenta, que ocupa negativamente mi imaginación, que siempre pinta visiones sombrías.
Sin embargo, no quiero levantar trincheras por miedo al miedo. Yo quiero vivir y no quiero encerrarme. No quiero ser amigable por miedo de ser sincero. Quiero pisar con firmeza porque estoy seguro y no para cubrir mi miedo.
Y cuando me callo, quiero hacerlo por amor y no por temor a las consecuencias de mis palabras. No quiero creer en algo sólo por el temor de no creer.
No quiero filosofar por el miedo a que algo pueda tocarme de cerca. No quiero doblegarme solo porque tengo miedo de no ser amable. No quiero imponer algo a los otros por miedo a que puedan imponerme algo a mí.
Por miedo a cometer errores, no quiero tornarme inactivo. No quiero huir hacia lo viejo, lo inaceptable por temor a no sentirme seguro frente a lo nuevo. No quiero dármelas de importante por miedo a ser ignorado.
Por convicción y amor, quiero hacer lo que hago y dejar de hacer lo dejo de hacer. Quiero arrancar el dominio al miedo y dárselo al amor. Y quiero creer en el reino que existe en mí.”
Rudolf Steiner
Comments